SOLIDARIDAD INTERNACIONALISTA,
CONTRA EL AISLAMIENTO.
Invitamos a pensar y reflexionar
sobre la importancia del internacionalismo en la lucha anarquista. Desde la
comuna de París hasta la actualidad, es una práctica que tiende a romper con el
aislamiento y el aumento de control en las fronteras.
Siendo que el capitalismo y el patriarcado devastan cuerpos y territorios indistintamente, la lucha combativa e incesante contra toda autoridad debe ser pensada y potenciada con perspectiva internacionalista.
Comuna
de Paris y repercusiones.
La
participación de las mujeres en la Comuna de París como protagonistas de la
insurrección generalizada, de carácter internacionalista.
La importante participación de las mujeres en la Comuna de París, revolucionó
al movimiento obrero francés, que abandonó su impronta antifeminista
Proudhoniana y comenzó a tener una actitud más abierta con las mujeres
políticamente activas de la clase trabajadora.
Siendo conscientes que son y somos responsables
en la lucha por nuestra liberación, haciendo historia con nuestras decisiones y
acciones, para la época de la Comuna, en Francia, las mujeres ya tenían una
larga tradición de participación en luchas revolucionarias. En 1789, durante la
Gran Revolución Francesa, las mujeres de la burguesía habían asumido
reivindicaciones políticas y derechos civiles, mientras las mujeres de los
barrios populares desempeñaban un papel destacado en las movilizaciones contra
la escasez y la carestía.
Fueron estas primeras revueltas contra el hambre y la participación en las
luchas revolucionarias las que posibilitaron a las mujeres de los sectores
populares la experiencia de la acción social y política colectiva, rompiendo
con el aislamiento del hogar.
Miles de parisinos/as formaban, entonces, la
milicia de la Guardia Nacional, donde algunos batallones formados
mayoritariamente por obreros, elegían a sus propios oficiales. Cuando en marzo
de 1871, la Asamblea Nacional aprueba una paz humillante, la Guardia Nacional
no acepta el desarme. Es entonces el día 18 de marzo, que las mujeres fueron
las primeras en dar la alarma de que las tropas del gobierno intentaban retirar
los cañones de las colinas de Montmartre y desarmar París. Se pusieron delante
de las tropas e impidieron que los cañones fueran retirados, llamando al
proletariado y a la Guardia Nacional a defender la ciudad. Así se inició la
heroica gesta del proletariado parisino: la Comuna de París.
La comunera Louise Michel relata: “Bajé
la colina, con mi carabina bajo la capa, gritando ‘¡Traición!’. Pensábamos
morir por la libertad. Nos sentíamos como si nuestros pies no tocaran el suelo.
Muertos nosotros, París se habría levantado… las mujeres se arrojaban sobre los
cañones y las ametralladoras, los soldados permanecían inmóviles. La revolución
estaba hecha”.
La Comuna de Paris en poco tiempo,
decretó la separación de la Iglesia del Estado y declaró de propiedad nacional
todos los bienes de la Iglesia, la revocabilidad de todos los cargos de
gobierno, la obligación de que los parlamentarios no cobraran más que el
salario de un trabajador; suprimió el ejército regular y le contrapuso el
pueblo en armas, eliminó los pagos de alquileres adeudados por los inquilinos y
proclamó la igualdad de derechos para las mujeres.
Valerosas mujeres participaron ardientemente de
la Comuna, empuñando las armas, resistiendo contra las tropas francesas y de
los prusianos, hasta que la derrota les impuso la muerte en combate, o las
deportaciones y los fusilamientos.
En la Comuna, por primera vez, alrededor de tres mil mujeres, trabajaron en
fábricas de armas y municiones, construyeron barricadas y recogieron las armas
de los caídos para seguir el combate y formaron un batallón femenino de la
Guardia Nacional.
En los primeros días de abril, los diarios publicaban una convocatoria en la
que se les pedía a las parisinas apoyar el combate de sus maridos y hermanos y
también tomar las armas ellas mismas.
Era la convocatoria de Elizabeth Dmitrieff, representante de la Primera
Internacional enviada a París, que llamaba a poner en pie comités de mujeres en
todos los distritos y formar la Unión de Mujeres por la Defensa de París. Esta
organización reclamaba al poder comunal un espacio de reunión y dinero para
publicar panfletos. La Unión de Mujeres organizó numerosas asambleas públicas,
sus comités organizaban la provisión de víveres, enviaban ambulancias y
atendían a los heridos.
Entre las mujeres del Club de la Revolución ya
mencionamos Louise Michel. Quien nació en 1830, era la hija natural de una
sirvienta parisina; pero recibió educación y se convirtió en maestra. En su
graduación, se negó a jurar fidelidad al Imperio y a Napoleón, por lo cual
trazó su propio camino, fundando una escuela libre para poder ejercer la
docencia. Conforme a sus convicciones, abogó por la enseñanza profesional y la
creación de orfanatos laicos, algo que en aquella época resultó una innovación
difícil de aceptar. Tenía como consigna
“aprender, concientizarse y accionar”
El 21 de mayo, las tropas comandadas por
Versalles, ingresan a París dando comienzo a la Semana Sangrienta. Los
testimonios de la época, cuentan que cuando cayó la Comuna las mujeres,
enfurecidas por la masacre, golpeaban a los oficiales y luego se lanzaban
contra las paredes esperando ser fusiladas. La dueña de un restaurante enfrenta
un juicio por haber saqueado un comercio de estatuas para iglesias, con el
propósito de armar una barricada.
“¿Usó
usted las estatuas de los santos para alzar una barricada?”, preguntó
el juez. “Sí, es verdad. Pero las
estatuas eran de piedra y quienes morían eran de carne”, respondió la
comunera.
La resistencia de la Comuna de París sólo pudo
quebrarse después de semanas de sangrientas luchas que concluyeron con atroces
represalias y costaron miles de vidas, siendo una de las represiones más
crueles que registra la historia. Murieron más personas durante la última
semana de mayo que durante todas las batallas de la guerra Franco-Prusiana, y
más que en ninguna masacre anterior de la historia francesa.
La incesante lucha de Louise Michel, que no termina con el fin de la Comuna de
París, aunque se presenta ante los jueces pidiendo para sí la muerte. Al igual
que sus hermanos de clase, reivindica morir en el Campo de Satory donde
millares fueron masacrados por las tropas de Versalles. Mantiene una actitud
heroica ante el tribunal, ejemplo de firmeza y convicción revolucionaria,
rechazando a los abogados designados y presentando su defensa personalmente.
Ante el tribunal que la condenaba, declaró: “Pertenezco enteramente a la Revolución Social. Declaro aceptar la
responsabilidad de mis actos. Hay que excluirme de la sociedad y se les dice a
ustedes que lo hagan. Ya que, según parece, todo corazón que late por la
libertad sólo tiene derecho a un poco de plomo, ¡exijo mi parte! Si me dejáis
vivir, no cesaré de clamar venganza y de denunciar, en venganza de mis
hermanos…”.
Finalmente fue deportada por nueve años a la
colonia penitenciaria de Nueva Caledonia, donde conoció a los nativos,
acompañándolos en su rebelión contra el yugo colonial francés. Cuando regresa a
París, es penada con seis años de cárcel por encabezar una manifestación de
desocupados que culminó con la rotura de ventanas de panaderías y carnicerías.
En esa ocasión, llevaba una bandera negra, que más tarde fue tomada como
símbolo de lucha por los anarquistas.
Pero Louise no ha sido la única mujer que participó valientemente en las
memorables jornadas de la Comuna de París. Podemos nombrar también a André Léo
responsable de la publicación del periódico La Sociale; Beatriz Excoffon,
Sophie Poirier y Anna Jaclard, del Comité de Mujeres para la Vigilancia;
Marie-Catherine Rigissart, que comandó un batallón de mujeres; Adélaide
Valentin y Louise Neckebecker, Nathalie Lemel, Aline Jacquier, Marcelle
Tinayre, Otavine Tardif y Blanche Lefebvre, fundadoras de la Unión de Mujeres,
Joséphine Courbois, conocida como la reina de las barricadas.
De la Comuna a Montevideo
La región del Río de la Plata,
específicamente la ciudad de Montevideo no fue ajena a los procesos históricos
del internacionalismo revolucionario que se generaron en la Europa de fines de
siglo XIX, tal es el caso de las repercusiones directas que tuvo la Comuna de
París en nuestra sociedad.
Para ubicarnos primeramente debemos hacer referencia a la AIT (Asociación
Internacional de Trabajadores) nacida en 1864 en Londres, ésta organización
vinculaba orgánicamente asociaciones de obrerxs a lo largo de Europa y
fomentaba el constante flujo de textos, debates y revolucionarixs que
conectaban y transmitían la idea emancipadora. Su propuesta era llevar a la
práctica una nueva organización social que trascendiera las fronteras
nacionales. Fue así que en el levantamiento de parís de 1871 se vieron
plasmadas algunas de las ideas reivindicadas por la Internacional. Las noticias
viajaban rápidamente y los acontecimientos de la Comuna fueron dados a conocer
por la prensa local al tiempo que se sucedían, pero no fue hasta la llegada de
lxs revolucionarixs exiliadxs que se verán plasmadas en los hechos las ideas
que de ella emanaron. El arribo de la familia Bernard evidencia esta relación
directa.
Ya para los primeros meses de 1872 se
anunciaba en Montevideo la conformación de la Sección uruguaya de la
Internacional de trabajadores, de tendencia Bakuninista y no marxista como lo
fue la que se creara en Argentina en la misma época. Pedro, María y Jorge
Bernard llegaron a Montevideo en 1875, su influencia en la AIT Montevideana es
innegable dando cuenta de ello no solo las aportaciones teóricas y prácticas
sino también la estrecha relación que tenían con la central europea, siendo la Montevideana
la única que ingresaría formalmente a la AIT.
María Bernard impulsará en el año 1881 la creación de la Sección femenina
dentro de ésta.
“La Lucha Obrera” periódico oficioso de la organización muestra una
preocupación inusitada por la situación de la mujer, considera el tema del amor
libre, del matrimonio, la prostitución y llama a la sindicalización de las
mujeres entendiendo que viven una doble explotación en la fábrica, como obreras
y por su condición de mujer. En el número 1 de “La lucha obrera” se destaca un
largo artículo titulado “De la mujer” que concluye: “No son los satisfechos de
la vida que ayudarán al desgraciado a cambiar su suerte. Son los que no pueden
ver sufrir, son los que no pueden ver llorar, a saber los obreros y las mujeres.
Oh proletarios, si quereis ser libres (…) decid igualdad entre todos los
hombres, igualdad entre todos los hombres y las mujeres, ascensión de toda la
raza humana unida en la justicia para un porvenir mejor”.
La primera acción de la Sección
femenina fue la publicación de un comunicado en solidaridad con Jessa Helfman,
militante rusa implicada en el atentado que costó la vida del zar Alejandro II,
quien se encontraba embarazada y confinada en la fortaleza zarista de San Pedro
y San Pablo. Por estar embarazada Jessa Helfman no fue ejecutada, pero las
torturas y las nefastas condiciones a las que fue sometida en prisión fueron la
causa de la muerte del niño el 25 de enero de 1882 y de su madre 5 días
después. Sobre este hecho se pronunciaron las internacionalistas uruguayas.
La tribuna Popular 23 de Junio de
1881.
“PROTESTA
El comité de Mujeres Socialistas de
Montevideo, Ciudadanas: Unamos nuestra voz a la de los proletarios de los dos
mundos para protestar contra el emperador verdugo Alejandro II, el infame déspota
de Rusia. Que todas las madres y las que están por serlo se unan a nosotras
para lanzar a la faz del mundo nuestro grito de indignación y llamar sobre su
cabeza la maldición. ¡Maldición! Que sea maldito de todas las mujeres por los
sufrimientos inquisitoriales que ha hecho a la ciudadana Jessa Helfman.
¡Protestamos en nombre del derecho
que nos asiste y que tienen los pueblos de defenderse y perseguir a los tiranos
hasta la desaparición sobre el globo de la última cabeza coronada y la última
tiara!!
Montevideo, junio 22 de 1881
María Bonhomme, H Azena, A Dejean, F Hurtado, J Duval, Conforme con el original
secretaria María Bernard.”
Emma Goldman Nació
el 27 de junio de 1869 en Kovno (hoy Kaunas, Lituania).
Pionera en la lucha por la libre sexualidad, la anticoncepción,
la autonomía de las mujeres para decidir sobre su cuerpo, en el
pensamiento de qué significa la libertad para las mujeres, el derecho a la
libre expresión, además de ser la primera mujer que luchó en contra del
reclutamiento obligatorio. Deja su país
para emigrar a Estados Unidos en el año 1885.
Por sus críticas al gobierno en numerosos discursos, es encarcelada en la
ciudad de Nueva York en 1893 acusada de incitar a la rebelión. Al recuperar su
libertad en 1894, viaja a Europa, donde fue conferenciante.
Regresó a Estados Unidos donde siguió luchando por sus ideas. Entre 1906 y 1917
editó Mother Earth (Madre Tierra), revista anarquista de
carácter mensual. Expuso sus convicciones pacifistas durante
la I Guerra Mundial, criticando el conflicto por considerarlo un acto
de imperialismo. Es juzgada y condenada junto con Berkman en 1917 por
conspirar para violar las leyes sobre el servicio militar obligatorio de
Estados Unidos. Encarcelados durante dos años, logran la libertad ambulatoria
bajo fianza. En 1919 se les deportó a la URSS. Goldman había sido una
ferviente admiradora del régimen soviético durante su fase inicial,
pero no tardó en criticar duramente la política bolchevique, por lo que fue
expulsada del país. Pasó una temporada en Gran Bretaña
Colaboró con el gobierno republicano español en Londres y Madrid
durante la Guerra Civil española (1936-1939). Emma Goldman falleció el 14 de mayo de 1940
en Toronto.
Escribe y nos aporta con claridad y
vigencia hasta el día de hoy, sobre el patriotismo y lo absurdo de que nos
hagan creer que pertenecemos a una parte del mundo fomentando el odio a quien
nace en otro lugar.
Patriotismo, una amenaza para la
libertad” de “La palabra como arma”,
¿Qué es el patriotismo? ¿Es amar el lugar donde uno nace, el lugar de los
recuerdos y esperanzas, de los sueños y aspiraciones de la infancia? ¿Es el
lugar donde, en la candidez infantil, mirábamos las fugaces nubes y
sorprendidos de por qué nosotros, igualmente, no podíamos correr tan
rápidamente? ¿El lugar donde contábamos los millones de relucientes estrellas,
acongojados por el terror de que cada uno “debía ser un ojo”, que nos
traspasaba hasta lo más profundo de nuestras pequeñas almas? ¿Es el lugar donde
podíamos oír la melodía de los pájaros, y soñar con tener alas para volar, como
ellos, a tierras distantes? ¿O el lugar en donde nos sentábamos en las rodillas
de nuestras madres, ensimismados por maravillosos cuentos de grandes hechos y
conquistas? En pocas palabras, ¿es el amor por el terruño, cada pulgada que
representa los más queridos y preciosos recuerdos de una feliz, alegre y
juguetona niñez?
Si ése fuera el patriotismo, muy
pocos norteamericanos en la actualidad podrían ser llamados patriotas, en tanto
el lugar de sus juegos se ha convertido en la factoría, molinos y minas,
mientras que el sonido ensordecedor de la maquinaria ha reemplazado a la
melodía de los pájaros. Ni podremos escuchar los cuentos de grandes hechos, ya
que las historias que nuestras madres cuentan ahora no son más que de dolor,
lágrimas y pesar…
…Cuando hayamos socavado la mentira
patriótica, habremos despejado el camino para esa gran construcción en donde
todas las nacionalidades se unirán en una hermandad universal, una verdadera
sociedad libre.”
Emma Goldman
La Cruz Negra Anarquista es el reflejo
de la solidaridad ácrata, desde el comienzo ha tenido la única intención de
apoyar a lxs compañerxs encarceladxs por su compromiso con la revolución y las
ideas del anarquismo. Sus inicios se remontan a finales del S XIX y principios
del S XX, surge como respuesta a las atrocidades vividas por lxs revolucionarxs
en la Rusia zarista, en ese contexto muchxs rusxs comienzan a buscar respuestas
más allá de lo que las instituciones políticas podían ofrecerles. La primera en
emerger fue la Cruz Roja Política, esta organización no solo prestaba ayuda a
lxs prisionerxs sino también asistió en las fugas planificadas desde prisiones
o lugares de exilio. Piotr Kropotkin fue uno de los muchos prisioneros
políticos que debió su libertad a miembros
de esta organización. Pese a no ser una organización
político-partidaria, no pasó mucho tiempo antes que los socialdemócratas,
(seguidores de Karl Marx) tomaran el control de la organización. Fue así como
la ayuda a priosionerxs anarquistas y a otrxs prisionerxs políticxs no
asociados al partido comenzó a decaer.
Lxs anarquistas fuera de las prisiones ignoraban que los fondos donados a la
Cruz Roja Política no estaban llegando a sus compañerxs encarceladxs. Al
evidenciarse tal situación lxs anarquistas entendieron que la única manera de
que sus compañerxs recibieran la ayuda que necesitaban, era que la comunidad
anarquista creara su propia organización de ayuda y la Cruz Roja Anarquista
(CRA) fue formada. La fecha de su creación es incierta, lo que sí sabemos en
base a investigaciones recientes es que hay dos fechas importantes, una cuando la
CRA inicia sus actividades y la otra cuando se conforma como una organización
internacional. En esta segunda fecha tiene un papel trascendental la actuación
de Vera Figner, quien para ese entonces era tesorera de lxs presxs políticxs
del partido de los Socialistas Revolucionarios. En 1907 se da una reunión entre
Vera y Rudolf Rocker en Londres, si bien no se ha podido precisar la fecha
exacta de dicha reunión se tiene conocimiento que lxs asistentes acordaron que
esta nueva organización de ayuda a prisionerxs iba a apoyar tanto a anarquistas
como a socialistas- revolucionarixs en prisión y en exilio, donde quiera que
estuvieran dado que ambos habían sido excluidos de la Cruz Roja Política. Se
rehusaron a cometer el mismo error en que habían incurrido los social-demócratas.
Pese a la falta de información certera del nacimiento de la CRA, sabemos que la
organización tuvo grupos en Kiev, Odessa, Bialystok, Nueva York, Chicago,
Filadelfia, Brownsville, Detroit y Baltimore.
Es importante entender que todxs lxs revolucionarixs que habían huido de Rusia
no abandonaron para nada la lucha contra la injusticia. Los miembros de la CRA
llevaron consigo la pasión del ideal anarquista así como su convicción en la
“propaganda por el hecho”. Ejemplo de esto fue el atentado frustrado a J.D.
Rockefeller por su complicidad en la masacre de los trabajadores en huelga y
sus familias en Ludlow, en 1914.
Tras el estallido de la Revolución Rusa de 1917, la CRA en los EE.UU se
disolvió al recibir la noticia de que todxs lxs prisisonerxs habían sido
liberadxs. Muchxs integrantes viajaron a Rusia y más temprano que tarde se
dieron cuenta que Rusia volvería a tener prisionerxs políticxs, esta vez
arrestados por el gobierno Bolchevique. Con el ascenso de una nueva dictadura
en Rusia la CRA se vio en la obligación de reorganizarse en 1919, conocida en
este momento como la Cruz Negra Anarquista. La represión contra lxs anarquistas
fue despiadada y quienes lograron escapar o fueron liberados se reunieron en
Berlín donde reorganizaron la CNA.
Para 1940 todo el contacto con lxs prisionerxs en Rusia cesó. Más tarde se
sabría que la mayoría, si es que no todxs lxs presxs políticxs anarquistas
fueron asesinadxs en las purgas estalinistas. Para ese entonces la Guerra Civil
Española y luego la Segunda Guerra Mundial estalló en Europa y la organización
cambió a un enfoque más internacional. En este contexto la exigencia de apoyo a
prisionerxs anarquistas superaba las posibilidades reales de la organización,
es cuando se da un repliegue de la CNA como tal y surgen varios grupos de apoyo
que continúan su trabajo por dos décadas. En 1967, la organización resurgió en
Inglaterra donde en un principio trabajó para ayudar a prisionerxs de la
resistencia española. La CNA de Londres reinstaló el concepto de Cruz Negra y
otras divisiones surgen en Europa, EE.UU
y Australia. No fueron años fáciles, la represión encarnizada por parte de los
Estados no dejaban de innovar en formas y métodos de tortura y asesinatos a
integrantes de la CNA.
A principios de la década del 80’
Lorenzo Komboa Ervin, un prisionero anarquista en los EE.UU editó una
“Propuesta en Borrador para una Red de la CNA” él creía que la CNA debía ser un
movimiento masivo y unido en vez de colectivos individuales. Esta propuesta
influenció el crecimiento de la CNA en los 80’ y 90’. Se puso en práctica la
“Red de Respuestas a Emergencias” (RRE).
Una movilización de la RRE significaba que grupos de la CNA y otros alrededor
del mundo pudieran contactarse para organizar marchas u otras acciones a menos
de 48 hs desde que la red había sido alertada. Hasta la actualidad varios
grupos han mantenido la solidaridad hacia lxs presxs anarquistas y
revolucionarios siendo de extrema necesidad continuar la tarea pese a los
conflictos internos de organización y la represión del Estado. Porque como dijo
Ojore Lutalo (prisionero anarquista en África), “Todo movimiento que no apoya a
sus reclusos políticos es un movimiento vergonzosos”
¿QUÉ
INTERNACIONAL?
¿Qué internacional? es el resultado
de treinta años de lucha practicada, de golpes infligidos y recibidos, de
afinidades, amistades nacidas y después traumáticamente cortadas por el muro de
una prisión. Resumiendo, hoy puedo decir con una cierta convicción que los
únicos momentos en los cuales he tenido la certeza de haber contribuido a
cambiar las cosas han sido aquellos momentos en los que he peleado
concretamente con el sistema, en los cuales he arriesgado la libertad y la
piel. En aquellos momentos he vivido, me he sentido más vivo que nunca. Y el
placer que he sentido ha sido sin igual, comparable solo al amor por el propio
o la propia compañera en los momentos más intensos de la pasión. Recuerdo
cuando de chaval me parecía imposible intervenir de manera concreta, me parecía
siempre insuficiente el nivel de profundización, las capacidades prácticas que
tenía no me parecían estar a la altura, no sabía por dónde empezar, al
principio te sientes inepto, incapaces… Esperaba de los/as compañeros/as
expertos una sugerencia, un arranque. A menudo, en cambio de mi entusiasmo, recibía
una buena dosis de «realismo» que amortiguaba o amenazaba con frenar cualquier
«ambición» revolucionaria, cualquier impulso a la acción. Por cuanto increíble
que pueda parecer, el «realismo» a veces hace imposible cualquier acción,
cualquier impulso. He salido de esta especie de «callejón sin salida» sólo
cuando he decidido de una manera torpe, imprudente, loca, provocadora de armar
mis manos. Luego todo se ha vuelto «fácil», fallo tras fallo, paso tras paso,
las cosas han empezado a funcionar. He buscado a mis compañeros/as y los he
encontrado, nos hemos reconocido haciendo del rechazo de la delegación y de la
espera nuestra brújula. Han pasado muchos (quizás demasiados) años desde aquel
tiempo y hoy me encuentro del otro lado, un anarquista «experimentado» con más
«experiencia». Y lo que me apetece decir es simplemente de seguir los propios
instintos y de no prestar demasiada atención a la prudencia de aquellos, que
desde lo alto de la propia vida «vivida», empujan a la moderación. Porque aquel
dicho popular que dice «se nace incendiarios y se muere bomberos» no es tan
descabellado.
Yo, todos los días, aquí dentro lucho
conmigo mismo para seguir siendo lo que era, y no siempre lo logro. En mis
palabras a veces entreveo aquello que siempre he combatido, oportunismo,
paternalismo, realismo… «Política». Dinámicas que corren el riesgo de hacerme
olvidar cuanto era hermoso comunicar solo a través de gestos de destrucción y
las palabras que las seguían. Cuando no corría el riesgo de convertirme en un
«referente», cuando era un emérito desconocido. Y las cosas estúpidas que me
venía de decir se quedaban circunscritas, nadie justamente las escuchaba. La
cosa tragicómica es que la «metamorfosis» es casi indolora y no concierne solo
a nosotros/as prisioneros/as sino quizás más a aquellos que fuera de estos
muros todos los día afrontan una realidad que tiende a normalizar. El
«realismo» te arrastra a un rebaso continuo que te lleva a juzgar a aquellos
que siguen siendo «ellos mismos» como ingenuos, provocadores, pueriles,
engañados.
Basta de palabrería, me alegro que
los/as compañeros/as calabreses del espacio anarquista «Lunanera» me hayan
invitado a decir unas palabras de presentación para el librillo publicado por
Monte Bove, ¿Qué internacional? Me complace particularmente porque, como
abruzzese, creo que el trabajo editorial de los/as compañeros/as calabreses/as
es muy importante porque resalta la importancia que el anarquismo del sur de
Italia ha tenido en nuestra historia. Una de las características de este anarquismo
históricamente han sido sus posiciones anti organizativas e informales. Baste
recordar a Di Giovanni y Schicchi y, más recientemente, a Leggio y Bonanno.
¿Qué internacional? está en esa línea, toda la experiencia informal de la
Federación Anarquista Informal está sobre aquella misma línea. La «línea» de la
informalidad y del anarquismo anti organizativo de la cual la organización
informal es el eje. La FAI y la FAI-FRI han sido el intento de darse una
estructura fluida, de crear una comunicación básica a través de las acciones.
Fuera de cualquier idiotez sectaria y parloteo demencial. ¡Nunca me cansaré de
repetirlo! La palabra solo a aquellos que arriesgan su piel y la propia
libertad golpeando.
En mi opinión, debemos actuar por una
doble vía. Dos vías como dos líneas paralelas que no se cruzan pero que van en
la misma dirección. La profundización histórica y teórica que saca a la luz las
estrategias organizativas llevadas a cabo en los últimos años. Y la otra vía,
aquella de la lucha real concreta que con nuestras manos contribuimos a
construir, día tras día, acciones, resistencias, coordinaciones, luchas de los
prisioneros, grupos, núcleos de acción, organizaciones informales o específicas
a las cuales damos nuestra contribución. Aquello que me gusta definir
«experimentación revolucionaria», que no es otra cosa que la búsqueda de la herramienta
justa para desencardenar este mundo.
Seguir vuestro instinto, vuestra
rabia, no escuches demasiado a los/as compañeros/as concienzudos/as. Lanzaos en
la refriega, mal que vaya habréis vivido una vida con algo de riesgo y
sufrimiento de más pero también llena de pensamientos felices, placeres y
satisfacciones. Contribuyendo quizás a cambiar las cosas, y por qué no… a
marcar la diferencia. Como decía una vieja canción anarquista, «Es la acción
ideal».
Un abrazo anárquico y revolucionario
a todos/as los/as compañeros/as presentes.
Siempre por la anarquía
Alfredo Cospito
Prisión de Terni.
Referencias bibliográficas:
m
https://contrainfo.espiv.net/
https://cruznegraanarquista.noblogs.org/
https://linktr.ee/limonera
https://buscandolakalle.wordpress.com/
https://twitter.com/gatoca19?s=09
https://publicaciónrefractario.wordpress.com/
https://contramadriz.espivblogs.net/
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